La capital del antiguo imperio incaico goza una muy merecida fama dados sus milenarios restos arqueológicos y la mística que envuelve cada una de las construcciones repartidas por todo el departamento de Cuzco; y, algo alejada de la capital, la ciudadela de Macchu Picchu es actualmente la joya de la oferta turística local, el impresionante despliegue arquitectónico y el ubérrimo marketing prácticamente la han convertido en una de las 7 maravillas del mundo actual, motivo de orgullo para todo peruano y aún más para los cuzqueños, quienes ven en el turismo su colchón de resistencia a un país sin mayores opciones, y vaya que lo explotan.
Uno de sus atractivos es el monolito conocido como Intihuatana, ubicado en una de las partes altas de la ciudadela. Considerado un calendario solar, desde él se podían determinar los cambios de estación y la mejor época para la siembra, algunos más osados (fanáticos del horóscopo y Agatha Lys) le atribuyen propiedades energético-positivo-magnéticas, que yo la verdad dudo, la "finta" de colocar las manos en la piedra me parece más una pose de comercial que una forma de estabilizar el alicaído balance espiritual, producto de combis, buses llenos, policias coimeros, huelguistas, hinchas de tu equipo favorito y excesos de trabajo. Muchos pensaron que era sólo un asiento del Inca, pero los estudios desecharon esa posibilidad, aún así, esta turista quiso convencerse por sus propios medios...
Se puede apreciar también el daño que sufrió cuando un empresa de publicidad hizo caer por accidente una pesada grua sobre el monolito "quiñándolo" irreparablemente, aquí sorprende cómo siglos de grandeza histórica pueden echarse a perder en un segundo de estupidez contemporánea, y como siempre la pita se rompe por el lado más débil, dicha empresa no fue sancionada, sólo el operador de la grua fue condenado a prisión, pero mejor quedémonos contemplando su lado bello.
El recorrido guiado toma un par de horas, (cabe mencionar que el guia le da con palo a su descubridor científico Hiram Bingham), si se llega temprano se puede ver en mayor detalle cada una de las construcciones que compone este centro, otros en cambio apovechan el tiempo echándose una meditadita para absrorver la tan mentada energía. Este pechito por su parte, prefirió alejarse, no vaya a ser que contagie o muerda en el peor de los casos, eso sí quedó colgando del cerro una promesa para volver a visitar esta maravilla que tanto mueve en el Cuzco, vale la pena a pesar de todos los problemas que últimamente se escuchan de esa parte del país.
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