martes, marzo 20, 2007

Caral

en juguetes viajeros

El destino de esta ocasión fue la cada vez más conocida y promocionada y publicitada y marketeada ciudadela Caral, ubicada a 178 km al norte de Lima, esto es pasando Huacho, para llegar al lugar hay que desviarse de la carretera y recorrer un camino de trocha (felizmente había movilidad) durante media hora, luego de la cual llegamos a la entrada del complejo y (previo pago por derecho de entrada) empezamos el recorrido, duró 2 horas aproximadamente.

Las pirámides muestran un avanzado grado de deterioro, pero es impresionante el trabajo que realiza el equipo de Ruth Shady, clasificando cada bloque y volviéndolo a armar como si de un enorme rompecabezas se tratara, por ahí alguien rajaba que podía hacer lo mismo en su casa y cobrar por la entrada, el guía mencionó que no es una cosa tan simple y que implica seguir normas y procedimientos standard dictados por organismos tales como la UNESCO, y creo que también requiere poseer tanta paciencia como la que estaba demostrando el guía para responder al inoportuno comentario, está bien, chacota, pero a cualquiera le jodería el orgullo.

Terminado el recorrido, la gente pareció más sorprendida con el valle que da a la ciudadela que con las mismas ruinas.


Ya que nos sobraba tiempo decidimos detenernos un rato en el distrito de Vegueta (sí, más de uno recordó sus épocas universitarias viendo Gokú), y tomarse un chapuzón, más fotos, más chongo y seguimos la ruta a Huacho para disfrutar de una buena comida, ¡¡¡¡¡¡nadie había almorzado!!!!!, así que cualquier cosa era delicia, con el estómago lleno y felices por el viaje, (creo), regresamos a casa....

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