sábado, agosto 27, 2005

De la tragedia su espectáculo

en juguetes dolorosos

Cada vez que un avión sufre un accidente, (en general con cualquier accidente pero más cuando se cae un avión), somos testigos de un cúmulo de opiniones, reflexiones, búsquedas de culpables, que van desde el piloto hasta el presidente y crónicas detalladísimas, con algún trabajito de la imaginación, de cómo algunos se salvaron y otros no, la verdad no sé en qué se diferencia una caída de avión respecto a los cientos de accidentes que ocurren en las carreteras (choques, caídas de buses interprovinciales a vacíos de 100 - 200 metros, hasta asaltos en medio de la noche), pero la cobertura es atroz, mientras uno de estos accidentes terrestres puede ser motivo de una figurita en la esquina de una portada y su resumen respectivo de muertos y heridos, ante uno de aviación los diarios muestran a doble página las fotos, llanto de familiares o titulares mayúsculos y ni qué decir de la televisión, más chicha que nunca, preguntándole a los mortificados familiares qué se siente tener a uno de los suyos con vida o en el extremo de la vulgaridad, qué se siente enterarse de su deceso.

Cuerpos destrozados, heridos por montones en cada una de las páginas y relatos (ciertos o no) que incitan al morbo y representan una falta de respeto total hacia personas que lo último que desean es observar precisamente esas imágenes, cierto sector cree que "informar" es agobiar con harta sangre, y lo que más importa: que compren el periódico.

Hace poco asistí a un espectáculo terrible cuando observaba los diarios, fue en la portada del Ojo si no me equivoco, con una foto a todo color y a toda página: En el suelo yace la víctima ensangrentada, al fondo los restos de auto volcado, y abrazándola el conductor e irresponsable que ahora se lamenta de no haberle hecho usar a su enamorada el cinturón de seguridad, demasiado gráfico e impactante para cualquiera con un mínimo de sensibilidad, terrible porque viola los límites en la labor informativa de una publicación, de gente que cree llamarse periodista para sólo lucrar con el dolor ajeno, y luego se quejaron que los agredieron, esa es la costumbre que he observado muchas veces, asumir pose de víctimas escudándose en la falsa consigna de mostrar la verdad.

Sólo un poco más de respeto es lo que se les pide y coherencia.

3 comentarios:

Herr Hauptmann dijo...

La diferencia va por el lado de cuán cotidiano es el accidente. Por ejemplo:

- Los buses se estrellan todas las semanas y hay muchísimos muertos y heridos.
- Los aviones se caen de vez en cuando y también tienen muchísimos muertos y heridos los que tuvieron suerte.

* Si bien es cierto, los buses tienen más muertos si prorrateamos la tasa de accidentes respecto a los de los aviones, el efecto gradual hace que no se note. Por lo tanto:

Buses: 0 , Aviones: 1

- Los buses cuestan algunas decenas de miles de dólares (los firmes, no los bus-camión).
- Los aviones cuestan millones de dólares.

* Que se caiga un avión es materialmente más costoso que un bus (aunque se estrellen N buses y le ganen por goleada al costo del avión pero la gente no se da cuenta). Por lo tanto:

Buses: 0 , Aviones: 2

- Los buses quedan destrozados después de los accidentes, pero al menos se reconoce que lo que se estrelló era un bus.

- De los aviones no queda prácticamente nada cuando se estrellan. Es más impactante a la vista del ojo no entrenado.

Buses: 0 , Aviones: 3

- Los buses no tienen "cajas negras" que puedan incentivar el morbo del público para saber qué sucedió exactamente, tan sólo los relatos de los sobrevivientes o testigos.

- Los aviones tienen cajas negras de instrumentos y voz que registran hasta el último grito del piloto justo en el momento en que se está muriendo.

Buses: 0 , Aviones: 4

- Los accidentes de bus son muchos y se pierden en la memoria colectiva.

- Los accidentes de aviones casi siempre se recuerdan.

Buses: 0 , Aviones: 5

Hasta ahora, el partido lo van ganando los aviones por goleada. Lo único que los podría superar es si se hunde un trasatlántico o algún crucero con toda su tripulación, o un accidente de alguna nave espacial.

Recordemos que la cotidaneidad hace que las cosas pasen desapercibidas, como sucedió con las misiones del programa APOLLO. Todos recuerdan el APOLLO XI , pero nadie recuerda el APOLLO XIV. El APOLLO XIII que ya estaba pasando desapercibido, tuvo 'rating' porque sufrió un desperfecto en el espacio, sino ni bola le hubiesen dado.

PetCham dijo...

Bien, pero te remites a un concepto meramente económico, "más importante mientras más oneroso sea". Muerte es muerte, de uno o muchos y merecen respeto.

Herr Hauptmann dijo...

Claro, a eso iba mi comentario, lo que te escribí era el punto de vista de el mass-media, el cual les dá más cobertura a determinados eventos que "venden más". A ellos no les importa un rabanito las víctimas o sus familiares, sólo son una forma de llegar a más público haciéndose valer de ganar "La noticia" sin importar el costo. Hace ya varios años, se murió mi abuelito de un infarto mientras estaba manejando. Rápidamente llegó al lugar de los hechos un periodista (de La República creo que era) a cubrir 'la nota' , con fotógrafo incluído. Lógicamente, el periodista fue cordialmente invitado a salir (expulsado) del lugar. Esos basuras no respetan el dolor ajeno.