en juguetes exclusivos
Acabo de regresar de un pequeño recorrido por las tiendas en plena época navideña, la gente es cierto que se pierde entre tantas guirnaldas, luces de colores, ofertas y más gente, muchos comprando, algunos recorriendo para más adelante y otros haciendo lo que llamo "pajazo económico", juegan con los PS2, miran televisión o se divierten con una película en stereo dolby sound, luego se levantan, dejan "sus cosas" y salen por ahí, a seguir observando o a comer un nutritivo menú de 3 soles fuera del centro comercial, curiosidades de una economía de cono, o de Lima Norte con chorreo como la quieran llamar sus orgullosos habitantes.
Y ahí estaba, animado quizá por tanto amiguismo-secreto-laboral y lucecillas de colores, ingresé a una tienda por departamentos y cogí una caja conteniendo uno de los artefactos que se vendían allí, hago fila para pagar, la cajera muy amable ella, me pregunta si tengo tarjeta, no dispongo de una, me mira compasiva y suelta:
"eso se paga allá en la caja de la izquierda..."
Hecho un niño bueno, me acerco a la otra amable señorita y le pregunto si puedo pagar, al contestarle que no tengo la susodicha tarjeta levanta su muy amable dedo y señala:
"eso se paga allá, en la primera vitrina"
Nuevamente, y decidido a recoger mi chupete chapulín por ser tan obediente, voy a la otra caja y le consulto a una nueva y más amable señorita, quien me pregunta (dulce) si tengo la celestial tarjetita, a mi negativa la dulzura se esfuma como una nube en pleno verano selvático, y me pasa con otro tipo, quien muy educado alza su finísimo y educado dedo y me suelta:
"eso se paga allá, siga la fila de televisores, al fondo"
Algo fastidiado de tantas señoritas amables y tipos educadísimos, observo cómo un nuevo tipo mira con cara de extrañeza, casi llegando a burla, la caja que llevaba mi hermano, lo llama y le dice (ah!, también muy educado).
"señor, dónde lleva eso"
Le digo que quiero llevármelo y me indica:
"esas cajas son de exhibición"
a mi insistencia que deseo llevármelo, me vuelve a pedir la tarjeta de marras, (no quiero decir "de mierda", no quiero), contagiado de tanta educación y harto de amabilidades a crédito doy la primera pegada:
"Vengo de 3 cajas y me dicen lo mismo, mira, si no me quieren vender el aparato, díganmelo y se acabó"
Ahora cambia su versión "Señor, con todo respeto, eso se vende con tarjeta, es (y esto lo dijo con mucho orgullo) exclusivamente para clientes R...y", como que la palabra lo llenó de una centro-comercialísima confianza y se quedó erguido, mirándome.
"Cómo!!!!, ¿si no tengo tarjeta no puedo llevármelo?"
"No señor", contento de su logro verbal, "si quiere puede pedirle a alguien la tarjet..."
"ANDATE A LA C&$%#..."
Muy educadamente le dejé la amable caja de exhibición exclusiva para amables clientes con la amable tarjeta (DE MIERDA ahora sí) y salgo de la tienda. Ya en la puerta converso con uno de los guardianes y me dice que no quieren trabajar con efectivo porque es más complicado que con tarjeta, además..." (y esto involuntariamente me terminó de calmar):
"...estamos trabajando desde temprano y con todo el trajín de las fiestas, imagínese"
Hice un cálculo rápido y hasta donde tengo entendido estas personas trabajan en "medios-tiempos" de 8 horas, con harta presión y quizá con la misma paga, (que agradece si llega a los 250 dólares), a pesar de las horas extras. Una fuerte labor que definitivamente conlleva a ese tipo de "amables" actitudes con la gente, donde lo peor de todo es trabajar para un capital de otro país, y sin chauvinismos, me maltrata un peruano por culpa de un chileno, mejor negocio, ni la guerra del Pacífico.
Después de todo hay que verle el lado positivo, quizá el aparato era malo, y además no estoy en el lugar de los que trabajan en Ripley, cansado, con las manos vacías regreso a mi casa, convencido de que la Navidad para muchos es un sueño, pero un sueño pesado luego de una larga jornada.
2 comentarios:
¡Bien hecho!. Yo tambíén pasé las de Caín cuando quise sacar la tarjetita esa. Los mandé a volar bien lejos y sólo la obtuve cuando me llamaron por teléfono a la oficina a decirme que "mi tarjeta estaba lista". Hice un par de compras (por el descuento inicial) y ahí está, empolvándose junto con la tarjeta de la competencia.
Respondo:
* Deberías firmar, tu comentario anónimo denota una tremenda inseguridad.
* No tengo por que parecerte divertido.
* Malogrando también se aprende.
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