Es Chachapoyas y acabo de bajar del bus, son las 5am y, más que el frío, fueron los zancudos los que más incomodaron, resulta extraño que en un bus bien formalito estos bichos tengan licencia para banquetearse a su antojo con un pasajero, más tarde contaría una decena de picaduras en la espalda.
Saliendo del bus-zancudo un cartel con mi nombre escrito en él desvía mi atención, era la persona a quien contraté el tour. Ciertamente fue bueno saber que alguien me esperaba a esas horas, saqué mis cosas y me dirigí al hotel residencial Kuelap, conseguí una habitación pequeña pero lo suficiente para mis maletas, también barata.
El tour a kuelap empezaba a las 8:30am, ¡y eran las 5:30am!, tenía el cuerpo molido por 12 horas a través de un camino poco generoso para mis riñones. Justo cuando apreciaba el banquete de los zancudos sobre mi espalda divisé uno de ellos atrapado en mi casaca, pensé "la venganza es dulce", y me contenté con cobrar justicia ahogándolo en el inodoro, poco para la comezón los 2 días siguientes, consegui dormir felizmente y prepararme para más tarde.
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