en juguetes viajeros
"Beto te ha dejado algo", me dice el recepcionista del hospedaje mientras me entrega una bolsita con chocolate, galletas y agua mineral, (agradecido pero mi estómago tenía otra expectativa culinaria a esa hora). También saca de sus cajones un par de botas de jebe que Beto le dejó, ha llovido en los últimos días y quizá el camino por allí esté algo fangoso, "5:00am te pasa a buscar" es lo último que escucho mientras cierro la puerta.
La noche estaba algo fría, el clima de sierra no se anda con contemplaciones para los forasteros, igual me tomé una cerveza helada y ví cómo se llenaban las discotecas de Chachapoyas, nada del otro mundo, pues se nota bastante pacífico el lugar. En una hora terminé mi botella para luego regresar al hospedaje, el chocolate que me estoy comiendo me quita el sabor amargo del licor y hace llegar más rápido el sueño, justo ahora cuando tengo pocas cosas en la cabeza o cuando no las quiero tener.
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